viernes, 27 de mayo de 2011

La fuga de Alcatraz

Hoy teníamos reservada la excursión a Alcatraz, así que por la mañana nos hemos dedicado a buscar hotel entre San Francisco y Los Ángeles. No teníamos claro donde pararíamos así que decidimos no reservarlo, pero no caímos que era sábado y hoy nos hemos encontrado con todos los hoteles de la costa llenos! Al final encontramos uno en Monterrey, que no está a medio camino pero nos servirá para parar en Carmel by the sea.

La visita a la Roca empieza con una foto mientras esperas en la cola para subir al barco. Nada divertido simulando prisioneros ni nada de eso, es una foto normal con un póster detrás de la prisión de Alcatraz. Una vez llegas a la isla tienes la opción de comprar una guía por un dólar, pero es el peor dólar gastado porque simplemente te hablan de los edificios que hay fuera de la prisión y que casi todos son de los militares que estuvieron allí. Después de subir una cuesta interminable (qué les gustan las cuestas a esta gente) llegas a la entrada de verdad, en la que te dan audio guías sin ningún coste. La visita es bastante interesante y vale la pena, si no es por Alcatraz por las vistas que hay desde allí de la ciudad y del puente.

Una vez de nuevo en el puerto hemos ido a comer a Fisherman's Wharf, a los puestos que venden marisco en la calle y recomendado el sándwich de cangrejo. Al principio me había pedido un cóctel de cangrejo pero al ver la cantidad y el precio, comparándolo con el sándwich he cambiado rápidamente. El cóctel te lo ponen en una terrina minúscula, no hay ni para empezar.

Por la tarde queríamos ir a Castro, el barrio gay de la ciudad y hemos tenido que soportar una cola de casi 1 hora para coger el tranvía y a un intento de cantante y guitarrista desafinando. Se ha notado que el fin de semana estaba encima por la cantidad de gente que había hoy por toda la ciudad.

Y como siempre pasa cuando vas de vacaciones a grandes ciudades, cuando ya tienes controlado el transporte público es cuando te tienes que ir. Mañana de nuevo en ruta hacia nuestro último destino: Los Ángeles.

jueves, 26 de mayo de 2011

Tranvías de San Francisco

Después del mal rollo del primer día en San Francisco, hoy la cosa ha ido mejor. Nada más levantarnos hemos ido a dejar las maletas al hotel que teníamos reservado, y nos hemos puesto en marcha. Primera parada: tranvía de cable. Así que hemos desayunado en la cola del tranvía porqué aunque era temprano, los turistas somos muy madrugadores. El precio del billete del tranvía es de 5 dólares (un viaje), estoy hablando de las tres líneas que existen con los tranvías de cable antiguos. La que hemos cogido es la que va desde el centro a Fisherman's wharf, con la intención de hacer la excursión a Alcatraz. Una vez arriba hemos visitado un poco la zona de los muelles, sobretodo el muelle 39, que parece un parque de atracciones. Después de caminar un poco hemos llegado hasta el muelle 33, que es desde donde salen los barcos para visitar Alcatraz. Suerte que hemos ido hoy porque ya solo les quedaban billetes para mañana a las 12.35h, así que los hemos comprado y hemos continuado la ruta hacia otras zonas de San Francisco, mañana ya aprovecharemos para comer algo de cangrejo por los muelles cuando volvamos de la prisión.

Cuando hemos vuelto a por el tranvía, hemos decidido comprar el passport de 3 días por unos 20 dólares por persona. Este billete te permite montar en todo el transporte público de la ciudad, metro, tranvía (de cable y normal) y bus, todas las veces que quieras durante los días que escojas. Solo existe la opción de 1 o 3 días. Una vez a punto de montar en el tranvía hay que ir rápido para coger los mejores sitios, en la parte de atrás solo pueden ir dos personas, y es un buen sitio para hacer fotos de las cuestas sin cristal por medio. Si pensáis que sentados en los laterales tendréis buenas vistas os equivocáis, cuando el tranvía va cargado la gente se empieza a quedar de pie en los laterales medio colgando y ya no veis nada.

La primera parada que hemos hecho en nuestro segundo viaje ha sido Lombard Crooked Street, la famosa calle con las curvas. Y de ahí hemos bajado hasta Columbus Ave. para coger otro tranvía que nos llevara a Chinatown. Por allí hemos paseado hasta que ha llegado la hora de comer y hemos parado en un Tailandés. Por la tarde hemos decidido viajar en autobús (línea 5) hasta el Golden Gate Park, pero solo con la intención de pasear por el Japanese Tea Garden y asaltar la tienda que hay dentro. El precio de la entrada al jardín es alto, 7 dólares por persona si no eres residente.

De vuelta, hemos utilizado la misma línea de bus para acercarnos hasta Alamo Square, el parque en el que estan ubicadas las "Painted Ladies", la gente que viva en estas casas debe estar frita de que un montón de desconocidos se pasen el día delante haciendo fotos.





De momento, el día ha cundido bastante y aunque dicen que es una ciudad para verla caminando, solo con ver las cuestas uno se cansa y no hay nada como tirar de transporte público.

miércoles, 25 de mayo de 2011

If you going to San Francisco....

Primer día en San Francisco y las cosas no han salido como pensábamos. Llegamos y nos dicen que no tenemos reserva, después que ha sido un error y que si tienen la reserva pero que no tienen habitación libre, total que nos mandan a otro hotel para la primera noche y que cuando volvamos nos daran una habitación superior por el error. He de reconocer que estas cosas pasan hasta en las mejores familias pero el mosqueo me ha durado hasta que me he comido un helado de vainilla y he fichado una chaquetilla en Quicksilver. Vamos que San Franciso no ha empezado con buen pie, pero es una lástima porque todo el mundo habla maravillas y no me gustaría no darle una oportunidad.

De momento hoy hemos paseado por los alrededores del hotel, al estar en el centro tenemos de todo, Macy's, Bloomingdale's, Apple, Levi's, y todas la tiendas que os podáis imaginar. Mañana esperamos poder visitar otras zonas más turísticas como Alcatraz, Fisherman's wharf, Alamo square (más conocido como las casitas donde rodaron Padres Forzosos) y subirnos a un tranvía.

El tema de los vagabundos es algo exagerado, siempre hemos esuchado que es una de las ciudades con mas vagabundos pero nunca piensas que vayas a ver tantos como hemos visto en unas pocas horas que llevamos aquí.

La mala noticia del día es que el volcán islandés ya no impedirá que volvamos a casa...

martes, 24 de mayo de 2011

El oso (de Yosemite)

Qué hacer en Yosemite si sólo tienes un día y no eres un gran deportista? Pues hay dos rutas muy facilitas que son la de las cascadas (pero la base) y la de Mirror Lake.

Empezamos la mañana con el clásico desayuno americano: scrambled eggs, bacon and sausage! El otro día intenté ir de sana con algo de fruta y me sentó mal, así que he decidido volver a los malos hábitos alimenticios. Desde nuestra cabaña hasta el centro de visitantes hay una horita así que cogimos el coche, me tocó conducir a mí, y vaya dramón que, antes de llegar, una ardilla tuvo la brillante idea de quedarse parada delante del coche, no os contaré el resto pero este blog va dedicado a su memoria (RIP).

Lo mejor del parque empieza una vez pasado el único túnel que hay, es importante no acelerarse y parar a tiempo sin frenazos, ese punto es ideal para tener accidentes porque es imposible que nada más salir no te quedes impresionado. Las vistas immejorables, las mejores del parque, se ven las cascadas y el capitán (montaña vertical que queda a la izquierda de la fotografía). A partir de aquí hay una serie de miradores pero nuestra siguiente parada fue la cascada de Bridalveil. Hay un caminito que te lleva casi hasta su base y como no, salimos mojados hasta arriba, así que tocó comprar calcetines en la tienda del parque. No fuimos tan inteligentes como los japoneses con sus paraguas. A continuación ya dejamos el coche en el párquing y nos fuimos caminando por una ruta que te lleva a la base de la Yosemite Falls, es impresionante la fuerza con la que cae el agua, por suerte esta vez no nos mojamos.

Después de comer por el parque, cogimos uno de los autobuses gratuitos que te van dejando por diferentes zonas y fuimos al Mirror Lake, no es exactamente un lago, pero como si lo fuera. Según el mapa que nos dieron a la entrada, hay un punto en el que puedes cruzar el río y bajar bordeando el otro lado, pues es mentira, fuimos unos cuantos los ingenuos que íbamos subiendo en busca de un puente o un tronco caido para cruzar, pero nada de nada, así que nos tocó bajar por el mismo camino.

Después de eso ya decidimos irnos del parque y no fuimos los únicos ya que se formó un poco de atasco a la salida, pero nada que no pueda solucionar un ranger. Se acababa el tiempo en Yosemite y yo me iba a ir sin ver un oso, así que me tumbé en el asiento del coche un poco trsite y mirando el paisaje de repente lo ví, era un oso!. No me lo podía creer, así que en cuanto aparcamos el coche, y mientras toda la gente que se encontraba en la zona miraba con los prismáticos hacia unos escaladores yo corría como una loca para ver de cerca el oso. Era un osezno, no me lo podía creer!. Ahora ya me puedo ir de Yosemite con la sensación de haber cumplido un sueño.

lunes, 23 de mayo de 2011

Road Trip (todo el día en el coche, vaya)

Hoy era el día que más horas íbamos a dedicar a conducir, de Death Valley a Yosemite, así que salimos temprano por la mañana. Antes de dejar el desierto de Death Valley aprovechamos la ruta que nos llevaba hacia la salida para fotografiar la zona de dunas que queda al oeste. Y tras un poco de diversión con el coche por la carretera y un poco más de cuestas y pendientes la temperatura volvió a la normalidad.

Después de algunos días viajando en coche por las carreteras de este pais voy a permitirme el lujo de detrozar algunas de las leyendas que corren por ahí. Primero, aquí la gente no respeta las distancias entre coches, se te pegan al culo y ahí los llevas hasta que te pueden adelantar; segundo, si se te pegan al culo ya debéis imaginar que lo que se dice respetar la velocidad no es lo suyo, van como si les persiguiera la poli. Y tercero, no hay coches patrullas enscondidos esperando a que superes en 1 milla/hora el límite de velocidad para salir detrás de un cactus con la sirena. La gente supera en unas 10 millas/hora el límite y no pasa nada. Solo nos hemos encontrado 3 coches patrulla, dos parando a alguien y uno aparcado al lado de la carretera en una zona muy visible. Hay varios carteles diciendo que te chives si ves infracciones, así que, a mi me da que la gente es la que llama a la poli.

Hacia las 4 de la tarde llegamos a Yosemite, bueno, no exactamente al parque porque nos alojamos en unas cabañitas de madera que estan fuera, pero el parque está muy cerca y ya hemos podido entrar para hacer una ruta de sequoias (la Mariposa Grove), hemos terminado cansados de tanta cuesta que hay que subir, así que hemos vuelto pronto a la cabaña aprovechando que hace frío y que tenemos chimenea. Y de momento, nada de osos. Queda algo de nieve, así que igual aún estan en la fase REM.

domingo, 22 de mayo de 2011

Death Valley o cómo pasar calor

Quién nos diría que después de amanecer rodeados de vegetación acabaríamos durmiendo en una zona desértica. Después de 5 horas de viaje y al entrar en la conocida zona del área 51 comienza un suceso paranormal, bueno o eso nos gustaría pensar, los grados de temperatura empiezan a subir y el aire se vuelve insoportablemente caliente. El motivo, no es otro que el encontrarnos en el punto más bajo de los Estados Unidos, a unos 85 metros bajo el nivel del mar. Por suerte nos alojamos en un hotelito la mar de mono con algo de vegetación y una piscina, gracias!. La verdad es que todo esto es un poco Cocoon.

En cuanto hemos comido algo por aquí, nos hemos encerrado en la habitación a esperar a que bajara el sol, ya que no es muy recomendable salir con estas temperaturas a caminar. Hacia las 6 de la tarde seguía haciendo un calor insoportable pero nos armamos de valor y encendimos el aire acondicionado del coche para ir a visitar el punto más bajo, una zona llamada Badwater, que no es más que una salina inmensa, con la curiosidad de tener un charco de agua en medio del desierto. Dicho así parece que no valga la pena visitarlo pero el sitio es espectacular y al atardecer se consiguen muy buenas fotos.

Sin embargo para mi lo mejor de Death Valley es el circuito de Artist Drive y la llegada a Furnace Creek Ranch (donde dormimos), eso no es una carretera normal, es una montaña rusa! Aquí lo llaman Dip, yo lo llamo Dragon Khan. Hacía tiempo que no me divertía tanto conduciendo un coche.

Mañana por la mañana nos espera el trayecto más largo de todo el viaje para llegar a Yosemite, el parque que más ganas tenía de ver de los que vamos a visitar. Espero que no me decepcione y que pueda ver algun oso...

sábado, 21 de mayo de 2011

Bailando con ciervos

Esta mañana tempranito, después de sacar unas cuantas fotos del amanecer y de zamparme unos pancakes, nos hemos despedido de Monument Valley para ponernos en marcha hacia el parque de Zion.

Por el camino hemos parado a ver Antelope Canyon, una maravilla de la naturaleza, donde se rodó una escena del final de la tercera entrega de Indiana Jones, queda un poco lejos de Petra pero eso no lo sabiamos cuando vimos la película. Justo antes de llegar a Page hay un desvío en el que te venden las entradas para ver el cañón (unos 30 dólares por persona) y una vez llega la hora te suben a unas rancheras en las que te llevan justo hasta la entrada. Aquello está lleno de grupos de tursitas y el cañón es muy estrecho, así que recomiendo si alguien está pensando en visitarlo ir hacia el mediodía para sacar las mejores fotos y estar muy atentos porqué es casi imposible sacar una imagen sin algún turista en medio. Los guías indios son muy majos y te ayudan en todo lo que pueden para que consigas buenas imágenes, te enseñan donde colocarte y hasta te sacan ellos las fotos. A mi, por ser bajita, me debían ver apurada y hasta me hacían hueco entre la gente.


Una vez visitado el cañón y antes de marcharnos de la zona fuimos a visitar una parte del río Colorado en la que el meandro es tan pronunciado que parece una herradura (por algo le llaman horseshoe), es una de las fotos más famosas que hay. Desde el aparcamiento hasta el acantilado hay un cacho pero vale la pena, aunque recomiendo si las temperaturas son altas llevar agua y protección solar, yo me he quemado los hombros.

Seguimos camino al parque de Zion y por el camino nos encontramos el pueblo de Kanab, un pueblo con mucho encanto, pero paramos a comer en Mount Carmel, en un restaurante en la carretera con unas hamburguesas y unas "apple pie" buenísimas.
Cuando llegas a Zion, las montañas se hacen enormes, son como los picos de europa pero a la americana. Montañas y mas montañas a ambos lados de una carretera con algunas curvas, hasta que llegas a un paraje como escondido entre más montañas y vegetación, el Zion Lodge. Hoy nos toca dormir en unas cabañitas de madera, la verdad es que si necesitas desconectar este es el sitio perfecto. Nada más descargar las maletas, ya nos hemos ido a caminar por la montaña, la ruta era la más sencilla, pero creo que los americanos y yo no tenemos el mismo concepto de lo que es una ruta fácil. El camino te lleva hasta algunas cascadas y la verdad es que es muy bonito, hasta hemos podido ver ciervos de cerca, por suerte ningún puma. A la vuelta hasta hemos visto un pavo de los que se comen para acción de gracias.

viernes, 20 de mayo de 2011

Oda al taco navajo

Hoy ha sido un día duro, demasiadas cosas por hacer y poco tiempo por delante. A primera hora de la mañana nos dirigimos al helipuerto cerca de Tusayan (pueblo situado al lado del Gran Cañón) para poder realizar una de las excursiones en las que sobrevuelas en helicóptero el Gran Cañón. El tiempo y el dinero nos condicionó para hacer una de las rutas cortas, unos 20 minutos de vuelo y 199 dolares por persona, aunque no lo parezca era la segunda más barata, la primera ya estaba llena. La experiencia es brutal, tanto el helicóptero en sí (era mi primera vez) como las vistas que tienes desde lo alto, el dinero gastado merece la pena sin duda.

Una vez de vuelta a la tierra volvimos a entrar en el parque del Gran Cañon para recorrer a pie uno de los tantos trayectos de los que dispone, el South Kaibab Trail. La bajada fue bien y las vistas geniales, pero la subida fue muy dura, aún se me resiente el cuerpo. Y eso que era el camino más fácil de todos los que existen y que sólo bajamos hasta el Ooh Aah point, llamado así por las vistas. Te avisan que no está señalado pero en cuanto lo ves sabes que has llegado.

Tras una breve recuperación volvimos a la carretera dirección Monument Valley. Durante el viaje de apenas 2 horas y media se puede contemplar una gran variedad de paisajes, aunque sabes que estás en territorio indio cuando aparecen las pimeras casetas vendiendo productos artesanales creados por ellos mismos, eso y los caballos pastando libremente por las llanuras. Y entonces, de repente ves esas montañas impresionantes que no sabes de donde han salido y que parecen estar fuera de lugar. Existen excursiones con guías navajos que te llevan por un camino entre ellas pero nosotros decidimos aventurarnos con nuestro coche. Algunos tramos son complicados si vas con un coche bajo, pero con cuidado no tienes porque tener problema. Además, yendo por libre, puedes parar donde quieras y no tragas todo el polvo que levantan los otros coches, ya que las camionetas de las visitas guiadas son descubiertas. Lo malo es que no ves cosas que sólo los indios conocen. Pero con los 10 dólares que hemos pagado por entrar al camino hemos tenido suficiente.

El Goulding Lodge, que es donde nos alojamos, es un bloque de apartamentos estilo motel regentado por navajos, con su tienda de regalos artesanales, un restaurante donde sirven el gran taco navajo del que ya me he hecho fan incondicional (es como un burrito mexicano pero con pan navajo) y donde mientras cenas tienes una buena vista del paisaje durante la puesta de sol. Todo está lleno de referencias a John Wayne, tienen hasta un cine pequeñito donde proyectan sus películas. La habitación no es nada del otro mundo pero tiene las mejores vistas que se pueden pedir, y desués de presenciar un amanecer y un atardecer me quedo sin dudarlo con el atardecer por los colores.

Un escocés en el Gran Cañón

Primer día de ruta con el coche, eso si encontramos el coche. Pérdidos en un aparcamiento gigante, la solución que te dan es hacer sonar la alarma e intentar orientarte siguiendo el ruido, pero no funcionó hasta que no hubo más remedio que dejar sonar la alarma hasta que encontramos el coche, dos pisos más abajo. Y ahí estaba nuestro Mustang rojo descapotable. Lo primero que hice fue comprobar que mis pies llegaban a los pedales.

No dejamos Las Vegas sin antes pasar por el mítico letrero "Welcome to Las Vegas" para hacernos una foto. Aunque dos días son pocos nos vamos con la sensación de haber entendido la esencia de la ciudad, diversión. La noche antes en el casino pudimos comprovar lo que es llevarse el premio gordo en una de las máquinas, lástima que fuera con la apuesta más baja y solo ganáramos 11 dólares.

Durante el viaje pasamos por la presa Hoover pero no pudimos ver nada desde la carretera, parece que la tengan escondida para hacerte parar en su centro de visitantes. Una de las cosas que pudimos comprobar en carretera es que los límites de velocidad no se cumplen estrictamente, debe ser una leyenda urbana eso de que te sale el coche de policia si excedes el límite de velocidad.

Antes de llegar al Gran Cañón encontramos nieve, así que tocó levantar la capota y abrigarse, hacía mucho frío. Una vez dejamos las maletas en el hotel y después de comer en un McDonalds nos dirigimos hacia la entrada del parque en coche, donde compramos el pase anual válido para todo el año y para todos los parques (cuesta unos 80$). Una vez dentro aparcamos el coche y cogimos los autobuses que te llevan a los diferentes miradores. Existen 3 rutas diferentes y dos te llevan a zonas a las que no puedes acceder con tu propio coche. Los autobuses son gratuitos y vale la pena cogerlos todos, excepto la línea azul que te lleva por una zona a la que puedes acceder en coche. El conductor del autobús te explica durante el trayecto cual es el mejor mirador para el amanecer y cual para el atardecer. Cuando te acercas al primer mirador en el que puedes ver el Gran Cañón se te queda la boca abierta de lo impresionante y grande que es. Te imaginas que será grande pero no logras acercarte a la realidad. Lo siguiente será hacer una excursión en helicóptero sobrevolando el cañón, todo el mundo coincide en que es una experiencia que de debe vivir, así que les haremos caso, aunque los precios son algo elevados.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Hoteles, casinos y espectáculos: Welcome to Las Vegas

Las Vegas se podría resumir en esas tres cosas, además de gente, mucha gente caminando hacia todas direcciones, con unos tubos gigantes llenos de cócteles.

A las 6 de la mañana el sol está tan alto que cualquiera diría que es temprano. Si miras a la calle ya hay gente trabajando, pero no son horas para los congresistas y los turistas que duermen o están metidos en los casinos. Aunque unas nubes lejanas amenazaban lluvia durante el día, eso aquí no importa, los hoteles son tan grandes que puedes pasar horas visitando todos sus rincones, sus tiendas y sus restaurantes, además de que cada uno tiene un casino propio gigante. Incluso muchos de ellos están conectados entre si, por lo que no hace falta salir a la calle.

Empezamos visitando el Caesar's Palace, todo muy Roma, muchas fuentes, muchas esculturas, y muchas plazas. Cruzando el Strip (la calle principal donde está toda la movida) hemos ido a parar al Venetian, todo muy Venecia, así que imaginaros un Caesar's pero sumarle los canales con góndolas y el puente Rialto. Hemos aprovechado para desayunar algo, aunque lo más italiano del desayuno era un Capuccino con sabor a café americano. También hemos aprovechado para comprar las entradas para El fantasma de la ópera para esta noche, aquí los espectáculos son caros, pero en diferentes puntos del Strip se pueden conseguir entradas algo más baratas, en lo que llaman Half price show tickets.

Después decidimos visitar Fremont Street, el famoso espectáculo de luces y música (aunque dicho así es como hablar de la ciudad entera). Empezamos a caminar por el Strip con la intención de llegar a pie, en el mapa parecía estar cerca, pero suerte que empezaron a caer 4 gotas que nos hicieron coger el autobús (5$ el billete que dura 2 horas), si hubiéramos ido caminando aún estaríamos andando. Está lejísimos y la zona hasta llegar son como descampados y polígonos. Aunque el espectáculo es de noche, hemos tenido que hacer una visita rápida sin luces por la mañana porque con el musical no podemos acercarnos hasta tarde y nos recomendaron no hacerlo.

Con el desayuno que nos hemos metido ente pecho y espalda y el cambio horario no hemos parado a comer y hemos cogido un bus de vuelta con el que hemos pasado al lado del Stratosphere, que tiene un mini parque de atracciones en lo alto de una torre. Pero no seré yo la que se monte en una atracción que te deja colgando a casi 300 metros de altura. Nos hemos bajado en la última parada para ver el Hotel Luxor, con obelisco, esfinge y pirámide incluida. Después hemos visitado el hotel Excalibur, el hotel va de castillos y de caballeros, aunque la decoración es más bien escasa, tiene mejor pinta por fuera. Los exteriores del hotel New York son geniales con réplicas de la estatua de la libertad y hasta un mini puente de Brooklyn. También hemos entrado en el MGM y hemos paseado por las tiendas del Planet Hollywood.

Ahora nos estamos preparando para ir al musical, ya que tenemos que llegar media hora antes, y después si para de llover aprovecharemos para ir a ver el espectáculo al aire libre de la Isla del Tesoro, que pertenece al hotel del mismo nombre, y como no, a despedirnos de las máquinas de algún casino, que mañana ya nos toca emprender viaje hacia el Gran Cañón.

De Barcelona a Las Vegas en menos de un día

Llegamos al Aeropuerto de Atlanta después de 10 horas de vuelo desde que salimos del Aeropuerto de Barcelona a las 10 de la mañana, aquí aún son las 4 de la tarde. El vuelo ha pasado deprisa, la compañía Delta tiene una buena selección de películas y juegos para pasar el rato, así que no hizo falta sacar el libro ni la Nintendo DS. El único problema es que las películas no están subtituladas y a veces no te enteras de nada, pero ayuda a dar cabezaditas.

No nos han registrado las maletas ni hemos tenido ningún problema, eso sí, nos hemos tenido que sacar los zapatos y hasta el pañuelo que llevaba en el cuello. El aeropuerto es gigante, pero hay mucho personal dando instrucciones, por lo que no te pierdes en ningún momento y tienen lanzaderas para llegar a las diferentes zonas de embarque. No hay demasiadas tiendas, pero los amantes de Starbucks están de enhorabuena, en apenas 200 metros hay un par. En el aeropuerto anuncian wifi pero resulta que solo es gratis para una selección de páginas internas, para el resto hay que pagar. Pero si que tienen torres en las zonas de espera para cargar los aparatos electrónicos.

Por fin cogemos el segundo avión que nos llevará a Las Vegas, durante el vuelo nos acercamos a la ventanilla y pudimos ver el Gran Cañón. Hacia las 7 de la tarde por fin llegamos. Y cómo sabes que estás en Las Vegas, pues porqué nada más salir por la puerta de embarque te encuentras una sala llena de máquinas recreativas, y un Starbucks claro.

Pillamos un taxi para llegar al hotel, el aeropuerto está muy cerca y la carrera nos cuesta 23 dólares. Por el camino empezamos a ver algunos de los hoteles más emblemáticos de la ciudad. Nada más llegar al Cosmopolitan nos damos cuenta de que Christian (de Xavi Fernandez Viatges) ha acertado de lleno, además de por el comentario del taxista, el hotel por fuera es impresionante. La cosa mejora cuando abrimos la puerta de la habitación, un pisazo con recibidor, cocina completa, salón, dormitorio separado, dos cuartos de baño, cada uno con su ducha gigante y una bañera en la que podría ahogarme. Y para rematar la terraza con unas vistas impresionantes de la réplica de la Torre Eiffel y de las fuentes del Bellagio (nada más entrar en la habitación hemos podido ver el espectáculo. Bajamos a cenar al restaurante Jaleo, del cocinero José Andrés (ubicado en el mismo hotel) y tras la decepción de las bravas que eran patatas chip, nos llevamos una alegría con el rossejat (fideua) y con el flan que están buenísimos.

Esta noche decidimos acercarnos al Bellagio que nos queda al lado para cotillear por dentro y jugarnos algunos dólares en el casino. Mañana toca aventurarse un poco más.