martes, 24 de mayo de 2011

El oso (de Yosemite)

Qué hacer en Yosemite si sólo tienes un día y no eres un gran deportista? Pues hay dos rutas muy facilitas que son la de las cascadas (pero la base) y la de Mirror Lake.

Empezamos la mañana con el clásico desayuno americano: scrambled eggs, bacon and sausage! El otro día intenté ir de sana con algo de fruta y me sentó mal, así que he decidido volver a los malos hábitos alimenticios. Desde nuestra cabaña hasta el centro de visitantes hay una horita así que cogimos el coche, me tocó conducir a mí, y vaya dramón que, antes de llegar, una ardilla tuvo la brillante idea de quedarse parada delante del coche, no os contaré el resto pero este blog va dedicado a su memoria (RIP).

Lo mejor del parque empieza una vez pasado el único túnel que hay, es importante no acelerarse y parar a tiempo sin frenazos, ese punto es ideal para tener accidentes porque es imposible que nada más salir no te quedes impresionado. Las vistas immejorables, las mejores del parque, se ven las cascadas y el capitán (montaña vertical que queda a la izquierda de la fotografía). A partir de aquí hay una serie de miradores pero nuestra siguiente parada fue la cascada de Bridalveil. Hay un caminito que te lleva casi hasta su base y como no, salimos mojados hasta arriba, así que tocó comprar calcetines en la tienda del parque. No fuimos tan inteligentes como los japoneses con sus paraguas. A continuación ya dejamos el coche en el párquing y nos fuimos caminando por una ruta que te lleva a la base de la Yosemite Falls, es impresionante la fuerza con la que cae el agua, por suerte esta vez no nos mojamos.

Después de comer por el parque, cogimos uno de los autobuses gratuitos que te van dejando por diferentes zonas y fuimos al Mirror Lake, no es exactamente un lago, pero como si lo fuera. Según el mapa que nos dieron a la entrada, hay un punto en el que puedes cruzar el río y bajar bordeando el otro lado, pues es mentira, fuimos unos cuantos los ingenuos que íbamos subiendo en busca de un puente o un tronco caido para cruzar, pero nada de nada, así que nos tocó bajar por el mismo camino.

Después de eso ya decidimos irnos del parque y no fuimos los únicos ya que se formó un poco de atasco a la salida, pero nada que no pueda solucionar un ranger. Se acababa el tiempo en Yosemite y yo me iba a ir sin ver un oso, así que me tumbé en el asiento del coche un poco trsite y mirando el paisaje de repente lo ví, era un oso!. No me lo podía creer, así que en cuanto aparcamos el coche, y mientras toda la gente que se encontraba en la zona miraba con los prismáticos hacia unos escaladores yo corría como una loca para ver de cerca el oso. Era un osezno, no me lo podía creer!. Ahora ya me puedo ir de Yosemite con la sensación de haber cumplido un sueño.

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